Las películas de Cantinflas son desde lejos las de mis favoritas. Mario Moreno encarnó con una destreza inimitable aquel antiheroe inocente y pícaro que no creía en nadie y que con la evolucion de sus peliculas fue tornandose moralizador hasta el punto de que si bien nunca deja de lado su alma traviesa y despreocupada ya en sus últimas peliculas se distancia algo del tipico vago o desempleado para convertirse en un ejemplo para los de su comunidad al ser un hombre de profesion (las casi telelloronas El profe y El señor doctor son un ejemplo de esto último).
Pero bueno, son las peliculas como El gendarme desconocido, Soy un prófugo, El Siete Machos, y la exitosa ¡A volar joven! por las que siento mas admiración por él, sobre todo en esta última, cuya secuencia en la que va a su clase de instrucción de vuelo es una de sus más delirantes puestas en escena.
Sólo él puede darse el lujo de opacar en una misma película a Frank Sinatra (Pepe, coproduccion Estaunidense aunque no es una de sus mejores ya que como se comprenderá la gracia de Cantinflas recide en su labia para el idioma de la Ñ).
Lo que nunca entendí fue su fascinacion por el número 7. Muchas de sus peliculas atañen a personajes del tipo el 777 (como bombero o como policia), luego está el 7 Machos, las habitaciones en las que se aloja suelen ser frecuentemente el 7 . Aunque cabe mencionar la curiosidad de que inicialmente esta obscesion fue hacia el número 13 , así igualmente las habitaciones en sus primeras películas tenían este número asi como los pisos donde ocurría la accion, hasta en una de sus películas el malo que era un usurero tenia colgado en su pared un reloj parado señalando eternamente las 13 horas.
Pero bueno ésa es una curiosidad que siempre acaparó mi atención. Ahora el momento de película en esta ocación recae sobre El portero de 1949, escena final en la que Cantinflas entra a la quinta donde vive creyendo haber logrado conquistar a la mujer de sus sueños, en la que había logrado mantener en ella viva la ilusion del oficial del ejercito que alguna vez conocío....bueno Cantinflas pasó mil penurias para lograr juntar dinero para que volviese a caminar pero a último minuto aparece el oficial perdido y a nuestro querido personaje no le queda más que tragarse las gracias de todos junto con su amor no correspondido hecho añicos.
Pero bueno, son las peliculas como El gendarme desconocido, Soy un prófugo, El Siete Machos, y la exitosa ¡A volar joven! por las que siento mas admiración por él, sobre todo en esta última, cuya secuencia en la que va a su clase de instrucción de vuelo es una de sus más delirantes puestas en escena.
Sólo él puede darse el lujo de opacar en una misma película a Frank Sinatra (Pepe, coproduccion Estaunidense aunque no es una de sus mejores ya que como se comprenderá la gracia de Cantinflas recide en su labia para el idioma de la Ñ).
Lo que nunca entendí fue su fascinacion por el número 7. Muchas de sus peliculas atañen a personajes del tipo el 777 (como bombero o como policia), luego está el 7 Machos, las habitaciones en las que se aloja suelen ser frecuentemente el 7 . Aunque cabe mencionar la curiosidad de que inicialmente esta obscesion fue hacia el número 13 , así igualmente las habitaciones en sus primeras películas tenían este número asi como los pisos donde ocurría la accion, hasta en una de sus películas el malo que era un usurero tenia colgado en su pared un reloj parado señalando eternamente las 13 horas.
Pero bueno ésa es una curiosidad que siempre acaparó mi atención. Ahora el momento de película en esta ocación recae sobre El portero de 1949, escena final en la que Cantinflas entra a la quinta donde vive creyendo haber logrado conquistar a la mujer de sus sueños, en la que había logrado mantener en ella viva la ilusion del oficial del ejercito que alguna vez conocío....bueno Cantinflas pasó mil penurias para lograr juntar dinero para que volviese a caminar pero a último minuto aparece el oficial perdido y a nuestro querido personaje no le queda más que tragarse las gracias de todos junto con su amor no correspondido hecho añicos.
Cantinflas, El portero(1949)
Su rostro lo dice todo sin embargo luego de esccribir una desgarradora y accidentada carta de despedida logra reponerse y nuevamente es el Cantinflas que conocemos, dispuesto a conquistar a otra de sus vecinas aunque en el fondo hallamos descubierto que es tan humano como lo es uno mismo.
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