martes, junio 20, 2006

Lobo y una niña con caperuza


He encontrado un libro de cuentos cortos perdido (bueno, ya no está perdido), y con esto espero contribuir a aumentar el bagaje intelectual sobre libros imposibles si tal cosa existe. No tiene pasta y carece de referencias al autor y a la edición, sin embargo es de suponerse que se trata de una colección de autores anónimos con influencia de la literatura fantástica y psicológica. La gran cantidad son burdas alegorías a la naturaleza y de tipo aleccionador. Sin embargo me ha agradado una en especial que redunda sobre otra visón ya manoseada de un cuento popular:

“Y por entonces Lobo dejó de estar solo, dejó de pensar que la gente lo odiaba y le temía. Cuando veía a la chica de la caperuza roja las cosas recobraban sentido. Lobo amigo, le decía ella y él se dejaba acariciar el lomo, se dejaba acariciar sus enormes orejas sin irritarse. Cómo no ser complaciente ante tan hermosa criatura, cómo no dejarse llevar por su infantil encanto, cómo no correr por el bosque entre los pinos y abetos junto a esa inocente niña, su amiga. Mi amiga, pensaba.

De repente no era más aquél animal extraño y solitario abandonado a su suerte ante un ciclo absurdo de tiempo. Qué era aquello? Qué era ese novedoso manantial que fluía melodioso por su sangre? Estaba vivo, quizás recién sentía la vida libre en sus entrañas.

Así, cuando las tardes de sus encuentros se hicieron cortas, él quiso verla de nuevo. Fue sencillo seguir el camino que ella hacía. También fue sencillo encontrar una casita en medio del bosque y una puerta abierta. Lo difícil fue encontrarse con una anciana que gritó espantada, que le arrojó una sartén, un par de ollas, y casi una vajilla completa. Confundido y herido, quedó en el suelo con una esperanza nebulosa en su corazón.

Quién se apiadaría de él ahora? vuelto a convertir en aquél ser horrendo al que cualquiera temía. Estaba herido, cierto, pero las heridas no transforman ante los demás a los seres como él, sólo lo hacen internamente. Se sentía girar extraño en un mundo que tal vez ya no valía, había querido creer que tal vez alguien lo salvaría, pero tal vez se equivocó, como solía equivocarse el sol al alumbrarlo todos los días, pensaba. Sentía que el mismo mundo lo mecía en un vaivén malintencionado hasta dejarlo cansado, abandonado, dormido.

Despierta, Lobo amigo. Y el lobo despertó.

Porqué llora la niña de la caperuza? pregunta ahora toda la gente. Si su abuelita está a salvo, porqué llora entonces? Si el leñador dio muerte al horrendo lobo que casi se la devora en la cabaña? Por lo menos eso es lo que contaron. Porque así fue, no?”

PD: Post inspirado en, y dedicado al post de cuscus

domingo, junio 18, 2006

Quiero decir algo sobre Borges

"La casa de Asterión" es el cuento mas mágico y misterioso que se ha escrito.

Un día 14 del mes en curso murió Jorge Luis Borges, no voy a detallar su biografía, ni enumerar la hermosa obra que dejó como legado, para eso está internet y bueno, sus libros (y no me refiero a los libros sobre Borges, porque esos han de ser abominables, sino a los de su propia inspiración que son los que valen).

Lo que sí puedo (necesito) decir es lo que ha dejado en mí. Porque leer a Borges me abrió, de más joven, un mundo donde no es necesario montarse en el caballo de extensas hojas para encontrarse al final de ellas la sospecha de que se ha leido muy poco (lo cual es de todos modos apasionante para los que disfrutamos leer alguna que otra novela). Y me refiero a la fabulosa cualidad que tiene de contar sus relatos de manera que a uno se le extravase la imaginación.

Así entre objetos probabilísticamente imposibles de encontrar, historias sobre seres que construyen laberintos, sobre seres que los habitan, uno tiene la sensación de que esas historias trascienden las páginas en las que estan impresas, que se proyectan sobre el lector, llevándolo a elaborar posibilidades, dudas, sospechas, quisás de ese modo uno participa y hace posible argumentos imposibles.

Y entonces de repente uno es un personaje de los que se le menciona en una sola linea, o el instrumento de algun objeto obsesivo. O tal vez aquél que descifra las claves misteriosas del universo, o que no lo hace pero que piensa, como él lo escribe "Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno".

Sabio era Borges al no preferir el género de la novela, a dejar a tipos como yo, maravillados con cuentos tan ricamente salpicados de detalles. Efecto parecido al que produce Quino, el creador de la tira cómica Mafalda al esforzarse en cada "detallito" de sus dibujos, cosa que admiro mucho en él porque, como en ciertos dibujos, en algunos cuentos, tipos como yo detienen la vista y dejan de leer (o en el caso de los dibujitos de Quino se queda embobado contemplando) para saborear el momento.

Y entonces uno quisiera ser Borges para escribir cosas como las que él escribía o mejores aún, pero se da cuenta que, obviando el hecho de que uno no es bueno en eso, ya Borges es insuperable. E incluso eso habría que agradecérselo.