martes, agosto 01, 2006

Super Hombre araña

Superman vs the Amazing Spiderman #1 - Marvel / DC, 1976

Superman siempre fue un aguafiestas, tenía superfuerza, supervelocidad, visión de rayos láser, de rayos x y para colmo podía volar. En consecuencia nunca tendría el problema de angustiarse por llegar tarde a trabajar, o de abrir algún frasco con una tapa demasiado ajustada, no le costaría afrontar los veinte pisos de un edificio si el ascensor está lleno, o encender un fósforo si no se encuentra la cajita (suele ocurrir, en serio), o mover algún mueble para limpiar su cuarto y no tendría que vivir preguntándose cómo se sentiría volar sin ayuda de artificios.

Lógico, alienígena tendría que ser. Lógico también es que para tratar de buscarle “su lado humano” se le construyó como un personaje con conflictos internos, con preocupaciones amorosas y toda esa historia del alter-ego para que al final uno se identificara y terminase pensando “pobrecito, está solo pues”.

Bueno, más pobrecito es Peter Parker tras la máscara del Asombroso Hombre Araña porque él, humano es y universitario para colmo. Sus habilidades van aunadas a la explotación de su ingenio (él había fabricado su telaraña gracias a sus conocimientos científicos, no le “brota” de las palmas como se ve en la película), en otras palabras, le cuesta. Y no olvidemos que carga consigo sus conflictos internos, preocupaciones amorosas y el rollo de su alter-ego.

Y acá abro un gran paréntesis para mencionar el hecho curioso de que Spiderman se disfraza para ser Spiderman, en cambio Superman se quita el disfraz para ser Superman, perteneciendo así el primero a ése grupo de superhéroes que frente a la consigna de protección de los seres a quien aman se embadurnan de misterio; haciéndose, a mi entender, paradójicamente más humanos y menos estrellas de pop.

Superman puede hacer lo que para muchos bastaría para quitarse el estrés de vivir día a día ya que es un “bebé con el pan bajo el brazo”. Tareas y situaciones cotidianas no son cosas que individualmente importen mucho, pero resueltos dan tiempo y mente despejada para pensar en quien sea y en lo que sea. Pero eso no ocurre en mundos de seres comunes y corrientes (Spiderman no es en extricto un ser común y corriente, pero en realidad quién lo es?) y aún así se piensa en muchas cosas y en muchas personas a diario (sino no existiría el Chapulín Colorado y su afán de ayudar a otros ante cualquier problema doméstico que basuree Superman).

Pero esto no es un “escúpele a Superman, ama a Spiderman”(aunque así parezca), es una confrontación de dos personajes, símbolos de dos editoriales de cómics diferentes (la DC y la Marvel), confrontación en la que Spiderman es el que tiene más mérito en la consigna “a luchar por la justicia”.