miércoles, octubre 25, 2006

24 de octubre

"Hoy me levanté y supe, a pesar de tener un muro levantado por mis vecinos justo enfrente de mi ventana, que sería un atípico día soleado. Vi mi rostro en el espejo del baño tan igual al del día anterior. Vi a mi madre mandarme un beso volado desde la puerta de mi casa mientras volvía a ser un tipo más que anda por la calle a algún lugar. Oí a una chica decir que había leído un texto futurista donde los robots tenían relaciones sexuales. Vi al sol desafiante iluminar la Avenida Colmena. Pensé en los mecanismos de defensa psicológicos con los que tenemos que lidiar cada día. Me bajé dos cuadras antes de mi paradero siguiendo mis instintos. Una mujer hermosa me sostuvo la mirada por más de 3 segundos mientras pasaba por mi lado. Un vigilante me preguntó a dónde iba y yo le respondí. Sostuve 2 celulares ectoscopicamente iguales en mi mano. Le dije a una amiga: “hay formas imaginativas de fastidiar a una hermana”. Escuché atentamente a una mujer vestida de morado decir que hablaba con Jesucristo y que ciertos demonios la perseguían. Me comí una galleta con chispas de chocolate. Expuse un tema porque a un reproductor de DVD se le antojó no existir. 2 hojas de un árbol cayeron en una calle antes que yo la atravesara. Disfruté sentirme acalorado sabiendo que era el precio por un día hermoso. Vi a un anciano arrojar un papel por una ventana comprobando que estaba cerrada. Pensé en la apariencia de las cosas y luego en lo transparente que suelen ser pocos. Probé un poco de puré de papas del almuerzo como adelanto a lo que considero un banquete celestial. Vi la fotografía de una mujer que aceptaba un vejamen. Me puse un polo que no usaba mucho. Vi un mono con una soga en un mercado curioseando una piña. Una chompa ajena rozó la herida aún sensible de mi codo izquierdo. Vi el reloj de mi bolsillo no perdonar segundos. Anoté ciertas cosas en un cuaderno al que se le acaban las hojas. Crucé una calle pensando que uno ha de ser fiel a sí mismo y luego en la paranoia del mundo actual y luego en la fractura de clavícula que tuve al nacer. Vi a un cobrador de combi con una curita en el párpado inferior de su ojo izquierdo. Escuché “Walk out in the rain” de los Badfingers rondando en mi mente. Leí unas separatas y no me concentré. Vi una torta con crema chantillí para mí que decía “Feliz día Carlos”. Me sentí un Aleph y escribí esto."

PD: ...y al día siguiente lo publiqué.

1 comentario:

Coralí dijo...

Nunca pense que existieran discusiones filosóficas donde pudieras llegar a la conclusión sabia, pero sencilla, de que " hay formas imaginativas de fastidiar a una hermana”.